Esta es la continuación de la entrada anterior sobre los tipos de negocios adecuados para tí.
Buenos
en relaciones y sociales: los seres humanos somos sociales por naturaleza, a
pesar de eso los jóvenes tenemos ese don más desarrollado. Nuestras relaciones
crecen y cambian conforme pasa el tiempo, aun más en la universidad donde
conocemos gente nueva de todo el país y otros lugares del mundo. Sumando esto,
podemos tornar nuestras relaciones para apoyarnos en los negocios, ya sea en
relaciones públicas o en promoción de eventos y personas. Aun sin tener un
título, si somos buenos socializando, los clientes se convencerán y no dudarán
en cerrar negocios con nosotros.
Para
aclarar la idea, una destreza para socializar nos abre el paso hacia nuevos
tipos de negocios, tomando el ejemplo de Javier de Lope Francés sobre empresas
hechas por jóvenes sociales: puedes ser un promotor de eventos, algo parecido a
lo que popularmente llaman RPs, en donde organizas eventos sociales
y te asocias con cadenas de bares y antros para conseguir mas clientes. O quizá
asesor personal, donde la publicidad y el marketing juegan un papel para lograr
que personas o empresas consigan más mercado y, por lo tanto, más ventas. En
las relaciones sociales, tu personalidad juega un gran papel, por lo que
analizar tu forma de ser y estilo para renovarlo es una idea inevitable.
Buenos
en creatividad e innovaciones: ahora me dirijo a los jóvenes de mente abierta,
poseedores de una agilidad para crear e innovar nuevas cosas. Empecemos por ver
nuestras ideas, tales que a veces las desechamos pensando en su inutilidad,
éstas son creadas por nosotros y por lo tanto deben de ser aprovechadas, al
menos las mejores.
Si
somos innovadores, debemos estar pendientes de todos los cambios, eso que
estemos por delante de todos en el mercado. Philip Kottler en su libro
Fundamentos del Marketing, define a los innovadores como “Aventureros, prueban
ideas nuevas y asumen cierto riesgo” (Fundamentos del marketing), esto
quiere decir que debemos invertir en inteligencia.
Para
volver nuestra creatividad un negocio, es necesario empacarla y sacarla al
mercado. Una buena manera de hacerlo es creando productos, tomando en cuenta
cuantos ya existen, imagina cuantos faltan por inventar. Algunos ejemplos de
productos son los siguientes: innovadores que faciliten la vida diaria de las
personas, un producto que haga falta en nuestra existencia y nos ayude a
realizar actividades cotidianas. Como los famosos Post-its, fueron inventados por error
y son tan sencillos como útiles; también existen los productos innecesarios
pero exitosos, los cuales no los requerimos pero, ya sea la moda o el aspecto
llamativo, nos sentimos atraídos por estos y tendemos a comprarlos. Un claro
ejemplo son las Silly Bandz, aquellas pulseras de goma con formas de objetos o animales, las cuales
tuvieron éxito conquistando las mentes de los niños y jóvenes.
Si
los productos no son tu opción, quizá la comida y los alimentos lo sea.
Desde snacks hasta platillos nuevos, si dominas la cocina o
tienes una idea creativa sobre un delicioso tentempié, puedes prepararlos en tu
casa o vender tu idea a un negocio. Todos necesitan comer, si lo que ofreces es
bueno, ya tienes tu mercado asegurado y por lo tanto el éxito.
¿Qué estás esperando?
No hay comentarios:
Publicar un comentario